En los 22º 13´ de latitud Norte y los 83º 36´ de longitud Oeste se
encuentra en éste planeta, la localmente famosa, playa “Las Canas”.
Su nombre parece provenir de cuando el lugar
estaba poblado de palmas canas (sabal parviflora, de la familia Palmáceas) y a
mediados del siglo XIX los pescadores comenzaron a identificaban los esteros de
pesca de aquella zona como Cana Grande y Cana Chica y la playa fue quedando
bautizada como la conocemos hoy.
Ninguna playa de la costa Sur de Pinar del Río es gran cosa como
balneario, son generalmente terrenos pantanosos, de escasa arena blanca, con
presencia de abundante vegetación marina y visitadas con bastante frecuencia de
medusas conocidas también como “aguamalas”; pero sucede que es el “charco” de
agua salada más cercano a la capital provincial, a solo 23 kilómetros
aproximadamente lo que la convirtió desde su inauguración (20 de mayo de 1939)
en lugar de preferencia y asiduamente visitado por la población de los
municipios más cercanos entre ellos el de mayor población, Pinar del Río.
En mi infancia me llevaron varias veces
(supongo años 1970 – 1975) y recuerdo en esos viajes comentarios de los mayores
que no puedo precisar muy bien pero era sobre el “Camello Bar”, de una manera
que denotaba, respeto, admiración y fama; en realidad nunca supe lo que era
hasta muchos años después que escuché hablar de que uno de los fundadores de la
playa, el comerciante Manuel Pereira, había sido el propietario del tal bar y
otras construcciones.
En los 90 fui un domingo como responsable de
una bandada de jóvenes en viaje recreativo: esa vez, aquel ambiente no tenía
nada que envidiarle a cualquier otra playa de Cuba, solo que ésta era un poco
más pequeña en extensión y proporcionalmente en instalaciones y estaba
abarrotada de pinareños; en esa ocasión pude ver como se agregaba a toda el
área, toneladas de blanquísima arena.
Fácilmente pudieron haber pasado más de 20 años
de esa última visita hasta que recientemente por esas cosas de la vida que no
son para nada al azar y que se llaman algunas veces, leyes económicas, volví a
Playa Las Canas o lo que va quedando de ella, porque casi no la encuentro,
llegué al mismo punto de coordenadas que les he dado al principio, pero para mí
total asombro, Las Canas, el sitio que yo conocía, había desaparecido.
En su lugar había una corta franja de arena
entre los mangles, unas pocas sombrillas de guano a la orilla del mar, dos o
tres rústicas construcciones, montones de ruinas de lo que fueron casas de
familia y cabañas de veraneo convertidas hoy en cagaderos públicos.
A pesar de ser sábado en la mañana, los
bañistas no pasaban de 50, las ofertas gastronómicas eran bien escasas, casi
nulas y él único producto embotellado en venta, ese que normalmente se le llama
“refresco” allí catalogaba de “re-caliente” porque estaba a temperatura
ambiente.
El tramo de carretera que desde la vía 194
conduce a la tal playa, de unos casi cinco kilómetros, parece haber sufrido un
fuerte ataque con morteros en toda su extensión por lo que muy pronto el acceso
al lugar será por vía marítima desde el puerto de La Coloma, como en los
inicios de su creación.
Lo realmente bueno era la tranquilidad, la
desolación, se podía hasta pensar que estabas en un islote despoblado,
desierto.
No puedo culpar a nadie de este acto mágico de
desaparición geográfica del enclave, porque 20 años son muchos años a pesar de
lo que pensaba Luis Gardel; no he realizado una investigación al respecto y
tampoco lo voy a hacer porque no dispongo del tiempo para eso, ni pretendo con
estas letras señalar o culpar a nadie en particular, solo mostrar e ilustrar el
estado lamentable de deterioro y en franco proceso de extinción que se
encuentra actualmente el mencionado lugar.
Todo tiene una explicación y esto también la
tendrá, de causas objetivas, subjetivas, de crisis mundial y precio de la
tonelada de la leche en polvo en el mercado internacional, del cambio
climático, de huracanes, de vándalos y rateros locales, etc.
Puede ser incluso que mientras escribo estas
líneas ya exista aprobados uno o varios planes de inversión para su
reconstrucción y rehabilitación, con hoteles de lujo, restaurantes, bares de
camellos y marinas, puede ser también que nunca más vuelva a ser lo que fue ni
tan siquiera hace 20 años y mientras, Don Pereira se revuelve en su tumba y los
pinareños tendrán que ir más lejos a chocar con el salitre del mar.
Los invito a leer un fragmento que encontré en http://foro.univision.com sin dejar de defender la posición de que nunca podemos quedarnos
contemplando el pasado como “tiempos mejores o más fáciles” porque cada momento
tiene sus propias circunstancias pero lo positivo, el logro en cuestión, nunca
debiera perderse en su esencia.
“En 1946 se construyó la carretera actual con fondos provenientes
de la Renta de la Lotería Nacional. Esta carretera se extendió hasta la misma
playa. Las Canas llegó a convertirse en el lugar de esparcimiento orgullo de
los pinareños allí acudían cientos de personas a disfrutar de la única playa
con la que contaban Pinar del Río y otros lugares aledaños a la ciudad.
Decenas de comercios, restaurantes, bares, etc., brindaban un esmerado servicio a los bañistas, principalmente productos del mar; entre ellos los más deliciosos: langostas, camarones, pargos, chernas, bonitos y otras variedades a precios populares al alcance de todos los bolsillos. La playa Las Canas constituía el lugar más concurrido de los pinareños. Era escenario de grandes festejos, entre los que podemos mencionar las fiestas carnavalescas, verbenas, tómbolas, maratones de corridas de lanchas con trofeos a los vencedores, así como paseos en barcos de velas y botes. Era la atracción de todos sus visitantes, que se sentían orgullosos de contar con una playa acogedora y familiar a 23 kilómetros de la ciudad.
Los comercios de la ciudad pinareña cerraban sus puertas un día a la semana. Estos establecimientos se distribuían el llamado Horario de Verano. Los martes, principalmente en las calles comerciales más concurridas cerraban los números pares y los jueves los números nones. Cada media hora salía una guagua para llevar a los bañistas.
La playa Las Canas recibía un mantenimiento diario con solo cuatro trabajadores pagados por el Patronato. La arena era trasladada en camiones desde los predios de los Pedrosos, ubicados en el kilómetro 13 de la carretera a La Coloma. Contaba con cuatro muelles: el de Canosa, el de Tellería, el de Montes y el de Macoro. Todos eran públicos.
En 1951, la playa Las Canas fue dotada de luz eléctrica con una planta equipada con motores Diesel, propiedad de Armando Aguilar. Este servicio se extendió durante las 24 horas al poblado de La Coloma. Esta planta pasó después a la firma Hernández y Hermanos hasta el año 1959."
Encontré también en la web nacional este
artículo, en el diario digital provincial de agosto de 2013. Las Canas en Espera. Recomiendo le den
una ojeada.
Algunas de mis Fotos:
Visitantes llegando |
Vista Oeste |
Vista Este |
Me quede sin palabras con las imagenes jjjjj
ResponderEliminarNo tengo recuerdos que me unan a Las Canas, pero desde la primera que estuve allí, en medio de la destrucción es posible encontrar los rastros del esplendor, eso a las memorias ajenas y a la lógica elemental que por geografía la convierte en la playa de los pinareños, me convirtió en defensora de su rescate, el trabajo que usted enlaza es sólo el último de varios, lástima que siga esperando...
ResponderEliminarEddy, he leído tu artículo sobre las canas, muy claro y sencillo pero elocuente. No he podido revisar todo el blog. He estado atareada últimamente, pero me ha gustado mucho el esfuerzo que pones en querer nuestra tierra.
ResponderEliminarEs lo que nos queda y es responsabilidad nuestra ya. No podemos acomodarnos a que otro venga a aportar algo a cambio de nada. Creo firmemente que todo podremos cambiarlo. Me ha gustado mucho de verdad, tanto que me voy a sumar a tu tarea. Abrí mi blog también.
Yo tengo grandes recuerdos de esa playa, como pinarena nacida en familia humilde era el lugar donde mis padres me podian llevar más a menudo , de esa etapa recuerdo muchas cosas lindas, después crecí y cdo comienZo a trabajar en planificación física Me tocó vivir varias etapas , su destrucción por wl paso de los ciclones, por el de personas inconcientes y destructoras y también por el descuido y wl olvido que fue inmersa esta playa, recuerdo una foto que hay en la oficina de la dirección de mi institución firmada por Fidel el plan de desarrollo de la Coloma donde se incluye el de esta playa que siempre SIEMPRE digo es sumamente importante su rescate DE VERDAD NO A MEDIAS, es lo más cerca quw tenemos incluso más que Bailén mucho más y esto sé que es difícil pero entre todos podemos lograrlo, de eso estoy convencida un abraZo Edy y gracias por el trabajo
ResponderEliminartengo 58 anos recuerdo todo el init las casas mis padres abuelos vacacionando alli mi padre elctricista de los barcos de la Coloma y pinar del rio todo eso lo destruyo el tornado de la revolucion castrista
ResponderEliminarAsí mismo que tristeza
ResponderEliminarcreo que volver a renacer Las Canas es un poco difícil, la playa fue lograda gracias al aporte de los comerciantes pinareños, nunca el gobierno se metió de lleno en su logro, se dice el poblado de las Canas, ese termino no es real ya que eran casas de verano, con uno veraneantes muy bien llevados y dispuestos a cooperar por su avance y mantenimiento, era dos personas las que mantenian la limpieza de la playa, con un carretón y un mulo(pancho), los ayudantes eramos nosotros, los muchachos que crecimos en ese pedacito y bonito pedacito de costa, un buen dia les quitaron las casas a los propietarios(con qué derecho se cogieron lo que no era suyo) y ese fue la debacle toda la dedicación y empeño de tantos años se fue a bolina, gracias al Huracan del 1 de Enero de 1959, yo tengo 75 años y me crié en esa playa al igual que muchos pinareños que también conocen la historia.
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