sábado, 10 de agosto de 2019

Arrestados en Consolación del Sur por robo de autos.





Bien que pudo ser ese el titular de la prensa amarillista si hubiera existido en 1982 en el mencionado municipio pinareño.

Yo no recuerdo por qué a la dirección de Pre- Universitario Luís Bocourt Díaz (en lo sucesivo usaré solo “PRE”) se le había ocurrido hacer una reunión de padres en la tarde noche de un día entre semana, de manera usual, esas reuniones eran en horarios de la mañana y los fines de semana pero sucedió.


Era de día todavía cuando mi viejo llegó al PRE,  yo sabía que esa noche trasmitirían por la televisión un importante juego de pelota, no sé ahora si era el equipo provincial al final de la serie o tal vez algo con el equipo Cuba, lo cierto es que a Emiliongo el Gigante ese deporte le apasionaba tanto como el boxeo, por un lado eso y por otro mi preocupación por el viaje de regreso a casa, bastante azaroso, sin transporte seguro porque el PRE se encontraba casi en medio de la nada, rodeado de naranjales y campos de toronja, casi a dos kilómetros de la vía pavimentada más cercana, carretera para Alonso de Rojas,  vía por la que algunas veces pasaba algún tipo de transporte casi nulo en la noche; yo no tenía problemas de disciplina y los académicos tampoco eran significativos, así que le busqué un profesor para que confirmara lo que yo decía y le insistí para que se fuera antes de que comenzara la reunión.

Mi amigo Peter, ¡qué personaje!, para bien lo digo, la verdad era como el hermano mayor de aquel círculo estrecho de cinco amigos, el más formal, el más serio, el más responsable, y el más alto también;  características que no contradicen la anécdota que ahora intento narrar porque a fin de cuentas éramos todos ni más ni menos, adolescentes.

Peter tenía obsesión por los autos y por conducir, de hecho manejaba como un profesional, era como el paracaídas de su padre cuando éste se tomaba unas copas de más y entonces Peter le  manejaba seguro a casa. Su obsesión era tal, que era capaz de identificar cualquier tipo de vehículo, año de fabricación y su modelo por tan solo el cambio de una línea, una curva en su diseño, cosas que para mí era como intentar leer egipcio antiguo.

Pues resulta que Paco, padre de Peter, administraba por aquel entonces las canteras que funcionaba en Arroyo de Agua y tenía una camioneta moderna para la época y cuando Paco se metió en el teatro del PRE para la reunión, Peter nos invitó a mí y a Luís Alberto Sierra a dar una vuelta y mostrarnos sus no pocas habilidades al volante.

 Mario Luís Poso, (quien fuera años más tarde el administrador del  cine sin techo de Consolación) y Jorgito, no se involucraron en ésta aventura porque no estaban con nosotros en ese momento, estarían con sus padres o en otros asuntos y quedaron fuera.

Ya era noche cerrada cuando comenzamos a corretear aquellos solitarios terraplenes y luego de un rato alejándonos del PRE, pudimos ver que los faros de otro auto nos seguían a unos cientos de metros de distancia, “EL Sierra” bromeó que podía ser la policía persiguiéndonos por asaltar algún banco y sin pensarlo dos veces abrimos fuego contra aquellos pobres que nos seguían; al hacer un giro en un camino buscando ya regresar, descubrimos que no había salida por ese lado;  Peter pone la “marcha atrás” y al mismo tiempo el auto desconocido que supuestamente nos perseguía hace sonar su bocina, se había detenido en posición perpendicular respecto a nosotros,  las luces traseras de marcha en retroceso de la camioneta  iluminaban ahora  las grandes letras negras que ocupaban las dos puertas del  auto que nos cerraba el paso, entonces  pudimos leer perfectamente la palabra,  POLICIA.

¿Quién iba a imaginar tan siquiera que por aquellos lares, vericuetos y polvorientos caminos podía andar una patrulla policial?; seguramente estaban en otra tarea casual y se encontraron con los tres uniformados de azul en aquella camioneta estatal.
No me olvido cuando uno de los policías le comenta al otro que tenían que conducirnos a la estación de Consolación, Luís Alberto aterrorizado no pudo contenerse y exclamó casi rompiendo en llanto “¿Pal´Pueblo?!!!!!”

Yo no era tan valiente ni nada pero estaba fresco como una lechuga, la tranquilidad venía de saber a mi viejo disfrutando  de su juego de pelota y que al final yo nada más era un pasajero, vaya, que podía declararme hasta un rehén de aquellos dos peligrosos malhechores, también sentía un poco de pena por Peter en la situación que había metido a su padre pero al mismo tiempo no podía disimular la risa de la comicidad de toda la situación creada, la actitud de Luís Alberto que hasta hacía unos segundos le estaba disparando a los policías, de mentiritas claro, pero fueron unos cuantos cargadores y ahora se estaba orinando.

Y allá fuimos a dar los ladrones de autos, a la vieja estación de policía de Consolación del Sur, sentados en el banquillo de madera; ahora Luís Alberto se había contagiado conmigo y estaba más relajado y aguantando una risa medio nerviosa como la mía y Peter, nada, serio, casi un adulto, pero a veces tenía que reír con las cosas que sus compinches inventaban todo el tiempo.

No recuerdo si la camioneta se fue con nosotros a Consolación, me parece que quedó en el lugar, seguramente Peter leerá esto y usando algún seudónimo me lo aclarará en un comentario. Si sé que cuando los policías supieron que el carro “robado” era de Paco, la cosa cambió, Paco era un hombre conocido de mucho prestigio y méritos en la provincia.

El policía a cargo dio un fuerte golpe en la mesa y exclamó “¡Verdad que Paco tiene los C…… más grandes del mundo!”; agarró a los detenidos y fuimos todos de regreso al lugar de los hechos, le entregó la llave al improvisado chofer y le exigió que fuera detrás del auto policial pero  d e s p a s i t o; bien pudo ser ese el momento de inspiración de la reciente exitosa melodía, pero no supimos captar la señal que nos dio la vida y perdimos tremenda  oportunidad, aunque en aquellos tiempos tal vez no hubiera sido tan exitosa como ahora la popular canciocita.

El PRE contaba con una excelente iluminación exterior, luminarias que se usan en las grandes avenidas, estaban como nuevas aquellas lámparas y en aquel momento se encontraba todo el alumnado más los padres, desplegados por todas las áreas, o sea, las gradas estaban repletas y la visibilidad como para que no se perdieran un solo detalle del espectáculo.

La pequeña caravana casi le dio la vuelta a la escuela y se quedó en la parte de atrás, una media luna de recorrido más que suficiente  para que fuera vista por todos y para que más tarde surgieran las versiones más sorprendentes del hecho.

Después de unas pocas palabras con Paco los de uniforme azul oscuro liberaron a los de uniforme azul claro que se perdieron veloces en su marea escolar y  calabaza, calabaza, nada de ir para su casa.

La historia dio para hablar mucho tiempo en el PRE y todavía algunos nos divertimos recordándola casi 40 años en la distancia del implacable tiempo.


6 comentarios:

  1. Que tiempos aquellos¡¡¡¡¡Maravillosoooo, mi amigo ,eres único ,besitos

    ResponderEliminar
  2. Me recordé de un detalle, q A mi da risa al recordarlo, y es q cdo íbamos “presos” en el carro de Policía, yo sabiendo la amistad q mi papa tenía con todos ellos, incluyendo al Jefe, traté de decirle varias veces q yo era hijo de Paco, y que ese era el carro de él, pero cada vez q yo trataba de hablar, el policía me callaba la boca, sin embargo no le decía nada al Sierra cada vez q el se lamentaba del problema en q estaba metido y no lo callaba��

    ResponderEliminar
  3. Que tiempos aquellos , yo tambien estudie en ese pre ,un poco despues que ustedes, yo entre creo que el año despues que ustedes salieron ,una etapa muy bonita la verdad , guardo muy bonitos recuerdos y buenas amistades de esa epoca en el pre

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, lástima que tu comentario sea anónimo, de todas maneras gracias por comentar, te recomiendo leer http://elballestrinque.blogspot.com/2015/06/escuela-secundaria-en-el-campo-y-amores.html

      Eliminar
  4. Jeje .a mi me paso algo perecido.. cambia el carro por un carnero. Y verás. Jaj

    ResponderEliminar
  5. Ana Laura Pérez Gonzalez21 de marzo de 2024, 8:28

    No sé por qué tardé tanto tiempo en ver esta publicación de mi compañero de estudios.Ya hoy pasado tanto tiempo me encanta la anécdota, pero he disfrutado más viendo los comentarios y recordando viejos amigos.Quien los conoció de estudiantes sabe que fue una chiquillada porque los tres mencionados eran excelentes estudiantes.Gracias Eddy por transportarnos al PRE.

    ResponderEliminar

Este artículo nunca estará completo sin tu aporte, tu opinión, tu criterio. Gracias por participar