Bien que pudo ser ese el
titular de la prensa amarillista si hubiera existido en 1982 en el mencionado
municipio pinareño.
Yo no recuerdo por qué a la
dirección de Pre- Universitario Luís Bocourt Díaz (en lo sucesivo usaré solo
“PRE”) se le había ocurrido hacer una reunión de padres en la tarde noche de un
día entre semana, de manera usual, esas reuniones eran en horarios de la mañana
y los fines de semana pero sucedió.
Era de día todavía cuando mi
viejo llegó al PRE, yo sabía que esa
noche trasmitirían por la televisión un importante juego de pelota, no sé ahora
si era el equipo provincial al final de la serie o tal vez algo con el equipo
Cuba, lo cierto es que a Emiliongo el Gigante ese deporte le apasionaba tanto
como el boxeo, por un lado eso y por otro mi preocupación por el viaje de regreso
a casa, bastante azaroso, sin transporte seguro porque el PRE se encontraba casi
en medio de la nada, rodeado de naranjales y campos de toronja, casi a dos kilómetros
de la vía pavimentada más cercana,
carretera para Alonso de Rojas, vía por
la que algunas veces pasaba algún tipo de transporte casi nulo en la noche; yo
no tenía problemas de disciplina y los académicos tampoco eran significativos,
así que le busqué un profesor para que confirmara lo que yo decía y le insistí
para que se fuera antes de que comenzara la reunión.
Mi amigo Peter, ¡qué
personaje!, para bien lo digo, la verdad era como el hermano mayor de aquel
círculo estrecho de cinco amigos, el más formal, el más serio, el más
responsable, y el más alto también;
características que no contradicen la anécdota que ahora intento narrar
porque a fin de cuentas éramos todos ni más ni menos, adolescentes.
Peter tenía obsesión por los
autos y por conducir, de hecho manejaba como un profesional, era como el
paracaídas de su padre cuando éste se tomaba unas copas de más y entonces Peter
le manejaba seguro a casa. Su obsesión
era tal, que era capaz de identificar cualquier tipo de vehículo, año de fabricación
y su modelo por tan solo el cambio de una línea, una curva en su diseño, cosas
que para mí era como intentar leer egipcio antiguo.
Pues resulta que Paco, padre
de Peter, administraba por aquel entonces las canteras que funcionaba en Arroyo
de Agua y tenía una camioneta moderna para la época y cuando Paco se metió en
el teatro del PRE para la reunión, Peter nos invitó a mí y a Luís Alberto
Sierra a dar una vuelta y mostrarnos sus no pocas habilidades al volante.
Mario Luís Poso, (quien fuera años más tarde el administrador del cine sin techo de Consolación) y Jorgito, no se involucraron en ésta aventura porque no estaban con
nosotros en ese momento, estarían con sus padres o en otros asuntos y quedaron
fuera.
Ya era noche cerrada cuando
comenzamos a corretear aquellos solitarios terraplenes y luego de un rato alejándonos
del PRE, pudimos ver que los faros de otro auto nos seguían a unos cientos de
metros de distancia, “EL Sierra” bromeó que podía ser la policía
persiguiéndonos por asaltar algún banco y sin pensarlo dos veces abrimos fuego
contra aquellos pobres que nos seguían; al hacer un giro en un camino buscando
ya regresar, descubrimos que no había salida por ese lado; Peter pone la “marcha atrás” y al mismo
tiempo el auto desconocido que supuestamente nos perseguía hace sonar su bocina,
se había detenido en posición perpendicular respecto a nosotros, las luces traseras de marcha en retroceso de
la camioneta iluminaban ahora las grandes letras negras que ocupaban las dos
puertas del auto que nos cerraba el
paso, entonces pudimos leer perfectamente
la palabra, POLICIA.
¿Quién iba a imaginar tan
siquiera que por aquellos lares, vericuetos y polvorientos caminos podía andar
una patrulla policial?; seguramente estaban en otra tarea casual y se
encontraron con los tres uniformados de azul en aquella camioneta estatal.
No me olvido cuando uno de los
policías le comenta al otro que tenían que conducirnos a la estación de
Consolación, Luís Alberto aterrorizado no pudo contenerse y exclamó casi rompiendo
en llanto “¿Pal´Pueblo?!!!!!”
Yo no era tan valiente ni nada
pero estaba fresco como una lechuga, la tranquilidad venía de saber a mi viejo
disfrutando de su juego de pelota y que
al final yo nada más era un pasajero, vaya, que podía declararme hasta un rehén
de aquellos dos peligrosos malhechores, también sentía un poco de pena por
Peter en la situación que había metido a su padre pero al mismo tiempo no podía
disimular la risa de la comicidad de toda la situación creada, la actitud de Luís
Alberto que hasta hacía unos segundos le estaba disparando a los policías, de
mentiritas claro, pero fueron unos cuantos cargadores y ahora se estaba
orinando.
Y allá fuimos a dar los
ladrones de autos, a la vieja estación de policía de Consolación del Sur, sentados
en el banquillo de madera; ahora Luís Alberto se había contagiado conmigo y
estaba más relajado y aguantando una risa medio nerviosa como la mía y Peter,
nada, serio, casi un adulto, pero a veces tenía que reír con las cosas que sus
compinches inventaban todo el tiempo.
No recuerdo si la camioneta se
fue con nosotros a Consolación, me parece que quedó en el lugar, seguramente
Peter leerá esto y usando algún seudónimo me lo aclarará en un comentario. Si
sé que cuando los policías supieron que el carro “robado” era de Paco, la cosa
cambió, Paco era un hombre conocido de mucho prestigio y méritos en la
provincia.
El policía a cargo dio un
fuerte golpe en la mesa y exclamó “¡Verdad que Paco tiene los C…… más grandes
del mundo!”; agarró a los detenidos y fuimos todos de regreso al lugar de los
hechos, le entregó la llave al improvisado chofer y le exigió que fuera detrás
del auto policial pero d e s p a s i t o; bien pudo ser ese el
momento de inspiración de la reciente exitosa melodía, pero no supimos captar la
señal que nos dio la vida y perdimos tremenda oportunidad, aunque en aquellos tiempos tal
vez no hubiera sido tan exitosa como ahora la popular canciocita.
El PRE contaba con una
excelente iluminación exterior, luminarias que se usan en las grandes avenidas, estaban como nuevas aquellas lámparas y en aquel
momento se encontraba todo el alumnado más los padres, desplegados por todas
las áreas, o sea, las gradas estaban repletas y la visibilidad como para que no
se perdieran un solo detalle del espectáculo.
La pequeña caravana casi le
dio la vuelta a la escuela y se quedó en la parte de atrás, una media luna de
recorrido más que suficiente para que
fuera vista por todos y para que más tarde surgieran las versiones más
sorprendentes del hecho.
Después de unas pocas palabras
con Paco los de uniforme azul oscuro liberaron a los de uniforme azul claro que
se perdieron veloces en su marea escolar y
calabaza, calabaza, nada de ir para su casa.
La historia dio para hablar mucho
tiempo en el PRE y todavía algunos nos divertimos recordándola casi 40 años en
la distancia del implacable tiempo.
Que tiempos aquellos¡¡¡¡¡Maravillosoooo, mi amigo ,eres único ,besitos
ResponderEliminarMe recordé de un detalle, q A mi da risa al recordarlo, y es q cdo íbamos “presos” en el carro de Policía, yo sabiendo la amistad q mi papa tenía con todos ellos, incluyendo al Jefe, traté de decirle varias veces q yo era hijo de Paco, y que ese era el carro de él, pero cada vez q yo trataba de hablar, el policía me callaba la boca, sin embargo no le decía nada al Sierra cada vez q el se lamentaba del problema en q estaba metido y no lo callaba��
ResponderEliminarQue tiempos aquellos , yo tambien estudie en ese pre ,un poco despues que ustedes, yo entre creo que el año despues que ustedes salieron ,una etapa muy bonita la verdad , guardo muy bonitos recuerdos y buenas amistades de esa epoca en el pre
ResponderEliminarHola, lástima que tu comentario sea anónimo, de todas maneras gracias por comentar, te recomiendo leer http://elballestrinque.blogspot.com/2015/06/escuela-secundaria-en-el-campo-y-amores.html
EliminarJeje .a mi me paso algo perecido.. cambia el carro por un carnero. Y verás. Jaj
ResponderEliminarNo sé por qué tardé tanto tiempo en ver esta publicación de mi compañero de estudios.Ya hoy pasado tanto tiempo me encanta la anécdota, pero he disfrutado más viendo los comentarios y recordando viejos amigos.Quien los conoció de estudiantes sabe que fue una chiquillada porque los tres mencionados eran excelentes estudiantes.Gracias Eddy por transportarnos al PRE.
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