lunes, 23 de septiembre de 2013

Tú pequeño y único público


"El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meros actores. "

 No es necesario ser William Shakespeare para percatarse de estas cosas pero creo que a veces no valoramos en toda su dimensión y justeza a los que nos rodean o han compartido cortos y largos periodos de nuestra preciosa, única y efímera vida en este escenario. Sean quienes sean ellos, con sus virtudes, defectos, sean odiados, ignorados o venerados cumplen con una cualidad valiosa, ellos son los testigos parciales o totales de nuestro andar por este mundo, son nuestro modesto público.

Napoleón Bonaparte, Shakira, Francisco de Goya o Arquímedes el de la palanca y hasta Hitler (los negativos también) tuvieron y tienen millones de testigos de su existencia pero Pedro , el humilde vendedor de frutas de la esquina,  cuenta con un número más reducido de “seguidores”, su esposa, su familia en general, sus amigos, vecinos y los clientes más fieles.

Hay gente que suele menospreciar a su modesto público, hay gente que no los cuida, trata a sus compañeros de trabajo (por ejemplo) como gente de segunda o tercera, entorno provisional porque  “ ..esto es temporal, yo estoy  predestinado a una gerencia hotelera en Cancún, mi destino es otro definitivamente.”  Y mientras más dure su estancia “temporal” más se amargan y se frustran y peor tratan a la gente que los rodea.

Soñar y tener ambiciones no es malo, todos quisiéramos prosperar profesionalmente y luchar por la mejora en todos los sentidos, pero eso no justifica andar en el aire todo el tiempo sin aterrizar en la realidad de cada día, día único e irrepetible además.

Conocí a un tipo en un trabajo anterior, una estrella en su profesión, inteligente, medalla de oro en todos sus estudios y asignaturas con la excepción de las relaciones humanas y sociales, ahí lo suspendieron, no en la Universidad, peor aún, en la vida; pues mi querido mentecato estaba predestinado por obra y gracia divina a trabajar en las grandes corporaciones de desarrollo de software del mundo y su hermano desde el exterior le alimentaba el ego, ¡pobre diablo!, no lograba poner los pies en la tierra ni cinco minutos ni tan siquiera amarizar y el implacable tiempo pasando y pasando sin que lo terminaran de colocar en la plantilla de Microsoft o Google; era tan malo su trato, sus relaciones interpersonales, su desprecio por los “analfabetos”  que lo rodeaban que llego a perder su modesto empleo con su modesto salario y a esta misma hora anda por ahí buscando culpables y conspiraciones urdidas en su contra, lástima porque tiene talento y conocimientos, espero que no termine peor de lo que ya está.

Creo que este ejemplo no es la media, es un extremo pero puede ilustrar mucho mejor al asunto que me refiero.

Hay gente también que viven con una soledad abrumadora, no hablo de que estén o no acompañados, hablo de soledad  del alma, soledad interior crónica y buscan desesperadamente asideros materiales para llenar su vacío infinito, llegan a la ostentación  del tipo agresiva, se mueren por un simple testigo de sus vidas que le aplauda o se asombre de  sus logros materiales para sentirse reafirmados y triunfadores a veces, en el peor de los casos llegan hasta convertirse en el “miserable” descrito sabiamente  por Víctor Hugo; esos que buscan hacer sentir a los demás miserables para entonces ellos a su vez sentirse proporcionalmente menos miserables. He conocido algún que otro.

Sería muy atrevido meterme ahora en especulación literaria y con el permiso de Don Cervantes pero quien me asegura que el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha no salió a sus aventuras (entre otras cosas) a buscar su público y sus testigos además de su fiel Sancho.

Pasamos un montón de tiempo en el trabajo, a veces más que en nuestras casas y lo pasamos por supuesto con personas que no son ni familia ni viejos amigos, ese grupo, quieras o no son tu pequeño público, los que viajan contigo en este tren de la vida, en el mismo vagón por determinado tiempo y tal vez pudiste tener mejores compañeros de viaje que estos o mayor número, pero esos son los que tienes.

Trata, si no con amor por lo menos con afecto sincero, con naturalidad humana a este público tuyo, ellos lo quieras o no van a ser los lectores de tus “hazañas” y de tus derrotas.

Para mí ha sido un placer este viaje con ustedes mis testigos, mi pequeño público, mis 15 minutos de fama, un honor compartir este trayecto juntos, mi familia, mis amigos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, usted valiente que lee estas letras  o hasta aquel tipo que se cruza en las mañana conmigo y que sin conocerme siempre  me saluda.

Parafraseando a la Madre Teresa, la vida es un tremendo regalo, disfrútalo.

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Foto: El autor (Quijote en la Habana)

2 comentarios:

  1. Vez lo que te digo??????????? te fuiste de nuestro lado con verdades que
    nunca supimos, como por ejemplo donde obtuviste el Titulo de
    Spicologo???? porque la descripcion de nuestro antiguo compañero es una
    caracterizacion digna de esa ciencia, te recuerdas cuando rompio el
    juego de los Amigos secretos, despues me dio lastima, pero cuando me le
    enfrente le dije,,, tu tienes que jugar con los sofisticados y de la
    gran escena, no con nosotros que somos gente de zona, pobrecillo que
    siempre anda buscando un culpable y no aterriza.........
    Bueno pues no pierdas la costumbre,,,,,,,,
    Sabes que estoy dentro del club de fans de adimiradores y seguidores x
    exelencia de tu ingeniosidad

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  2. hoy le llevo a mi mamá tus escritos para que los lea y se entretenga y
    me de criterios ella tienen 86 pero fue maestra normalista, acuerdate
    del libro pues a Internet no llegan todos. El mantecato anda por ahi con
    amenazas y con que algun dia las pagaré y todavia me duele la lengua de
    los consejos que le di.

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