miércoles, 15 de octubre de 2014

Puntualita Aplicada y Correctino Pretencioso



Los padres sin la menor duda queremos siempre lo mejor para nuestros hijos, tratamos de dotarlos de la mejor preparación para la vida que esté a nuestro alcance y como es muy lógico presionamos en el estudio todo lo posible para que siempre saquen las mejores notas, que a la vez éstas garantizaran las mejores carreras universitarias y las mejores opciones en la vida.


Muchas veces se llega a los extremos y de sobra sabemos que ningún extremo es muy saludable y que al final la vida de una manera u otra nos pasará la cuenta de aquel elemento en la educación de los muchachos que quedó trunco o descuidado, abandonado o fue suprimido del todo en aras de estudiar, estudiar y estudiar.


Cada etapa en la vida de un ser humano tiene sus propios códigos por los que se distinguen o se definen, tanto en lo biológico como en lo social, lo que conforma un todo inseparable a los que se le llama de muchas maneras y tiene infinidad de complejidades en su estudio así como otro tanto de interpretaciones pero al final es lo mismo, personalidad.


Una de las necesidades fundamentales de los adolescentes o la principal, es su propio reconocimiento en el grupo y su integración al mismo, su vínculo social con sus iguales y la calidad de ese vínculo le da toda la seguridad emocional que necesita, de la misma manera que lo fue para el niño jugar y jugar a toda hora y sin descanso.


Los padres estrictos basados en determinadas reglas morales - sociales que actúan en ocasiones como barreras invisibles, incluso, la influencia de “buenas” prácticas religiosas, como “ser un buen cristiano temeroso de Dios”, llevadas a su máxima expresión pueden llegar a actuar en los psicológico como  amputaciones importantes en la personalidad en formación de los chicos; terrenos y situaciones sociales por los que no se les permite nunca aventurarse y practicar el ejercicio de la exploración, dejando muchas lagunas en el aprendizaje social y hasta mares enteros en muchas ocasiones.

Hay adolescentes que desde niños tuvieron una vocación tremenda para el estudio y sus padres le exigieron más y después mucho más, les inculcaron que todo fuera del estudio era casi indigno, nimiedades para otro momento, porque siempre se supone que “ya habrá tiempo para eso”


En esas categorías entra desgraciadamente muchas veces el amor, el amor de adolescente, de juventud, que llega como un torrente inmenso, como un río desbordado, con una fuerza descomunal y sabemos muy bien de lo que estoy hablando, es peor que una enfermedad no mortal que te aprisiona y no te deja respirar; tan natural como la primera eyaculación espontanea o la primera menstruación.


Hay padres, entornos familiares que increíblemente logran en los chicos principalmente en chicas, crearles especie de un reflejo condicionado sobre la teoría de que “un novio será el fracaso de los estudios”, un desperdicio de su precioso tiempo, algo que distraerá su atención y la perjudicará irremediablemente; logran que repitan con sus propias palabras como una cotorra lo que ni siquiera comprenden y en contra de su propia naturaleza, como si realmente estuvieran convencidos y fuera verdad absoluta, como si lo sintieran realmente, “no me interesa tener relaciones, lo que quiero es solo estudiar”.


Se consagran al estudio y a las oraciones de “no tendré novio, no tendré novio”, no importa de dónde puedan venir los intentos de conquistas, años vienen y van, la postura se robustece, enseñanza media, media superior, universidad,  inicio de vida laboral y virgen sin pecado concebido.


Como parte de sus necesidades los jóvenes necesitan de estas relaciones como del aire que respiran, es un crimen su prohibición o la estimulación a su renuncia, es un tipo de aberración que les crea un desconocimiento abismal sobre el tema y no le da ninguna preparación para la vida posterior que llevaran.


Pienso que este asunto como muchos otros, debe llevarse con la adecuada moderación, en total confianza con los padres, con la mejor orientación posible y la mejor comunicación del mundo pero por favor, disfrutando de cada momento en la vida, de cada pétalo de rosa que luce en el jardín, de cada fruta en el árbol, de cada paisaje, de cada sentimiento verdadero y genuino que surge en los jóvenes y así en cada etapa de nuestras vidas sin descuidar la tarea principal que puede ser el estudio o el trabajo.


Esa "evacuación" de sentimientos incuestionablemente crea muchos “anticuerpos” del tipo social, da una coraza medianamente fuerte para lo que vendrá, para lo que habrá que enfrentar y sobre todo nutre a los jóvenes de muchas lecciones sobre “elecciones riesgosas” o malas elecciones; se aprende a “sufrir” por el amor perdido, a cargar con corazones rotos, a sentirse como si la tierra intentara tragarte y que es el fin del mundo por no ser correspondido(a) o porque tu novio está con otra o porque se pelearon “definitivamente”, pero nosotros, los más viejos, los padres, sabemos perfectamente que todo eso pasa y los chicos se fortalecen, aprenden a lidiar con este “dolor” y cumplir además con sus obligaciones, lo que se dice un curso complementario para asuntos de amoríos futuros.


Casi me atrevería a decir en el sentido humorístico del asunto que hay que portarse mal alguna vez y que te saquen del aula un día, disfrutar sin permiso de la piscina que te queda cerca de la escuela, amar con todo el corazón, con la pujanza y la fuerza que sientes, esos fracasos no te mataran y te fortalecerán mucho. No se puede ser todo el tiempo Puntualita Aplicada y Correctino Pretencioso y siempre, siempre, sin dejar de estudiar, salta, brinca, baila, corre, respira y sobre todo, ama.


Y así, como en la letra de Rubén Blade, evitaremos que los padres de Ligia Elena se pregunten “..¿en dónde fallamos?..”; aunque bueno, no es el mejor ejemplo tal vez, porque en la letra referida se habla de la “cándida niña de la sociedad que se ha fugado con el trompetista de la vecindad”, o sea, estratos sociales y discriminación racial, clase media, quizás alta, mezclándose con aquel musiquito de clase baja y no es para nada el peligro real al que me refiero.


Pero sí suceden después las peores elecciones porque no se aprendió a elegir cuando se debía y la mejor manzana cae en el hocico de aquel  puerco despreciable y todo el mundo queda muy sorprendido y mucho más, cuando llega todo tipo de trauma y problema diverso con reacciones desproporcionadas.


Mucho se ha escrito sobre el tema y en mi artículo no hay mucho de novedoso me parece, pero éste, además de servir para mi desahogo personal puede resultarle más ameno y de lenguaje más simple, usted sabrá y no me pregunte cómo hacerlo porque eso siempre será diferente para cada padre y para cada hijo, yo solo le deseo mucha suerte, lamento mostrarles éste feo pájaro y no ayudarlo mucho con la jaula.

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