jueves, 23 de enero de 2014

Auto-defensa



Entre los temas actuales y recurrentes en mi barrio, en mi provincia, en mi país, además de la serie nacional de pelota (baseball), algún que otro sismo menor en alguna región del territorio nacional, unos grados de temperatura por debajo de la media para este época del año y de la sustitución temporal o no de la leche líquida por leche en polvo para niños, está sobre todos ellos, el inicio de la venta de autos libremente para todo el mundo por primera vez desde 1959.


Aunque nadie los quiera ver o no los note, cambios importantes y muy significativos han tenido lugar en Cuba en los últimos cinco años; entre ellos (para solo mencionar algunos) está la posibilidad de vender libremente la casa que te pertenece o dejarla en herencia o regalarla si te pareciere como cualquier otro artículo de nuestra pertenencia; incluso salir del país por dos años y mantener la propiedad de la misma, tampoco necesitas un permiso especial (Carta Blanca) para salir del país o una carta de invitación desde el extranjero, simplemente visa del país receptor, documentos de identificación en regla y pasaje como en todo el mundo.

De la misma manera, se permite actualmente la venta de autos entre particulares, también de manera libre y asociado a esto recientemente comenzó la venta de autos por las agencias (como en cualquier parte del mundo también) a cualquiera que tenga la suma correspondiente de dinero para adquirirlos.

Solo el mero hecho de la posibilidad de adquirir estos bienes suscitó muchos comentarios y lógicas expectativas pero al aparecer oficialmente los catálogos, las ofertas y los precios, boquiabiertos es poco para describir a los aspirantes a ser nuevos propietarios, fue mucho más que el clásico cubo de agua fría en la cara.

Sin embargo, mi real asombro ha sido de ver un gran grupo de gente que no debiera por nada del mundo sorprenderse, quedar anonadada y hasta molesta; hablo de los que como yo ganamos un salario modesto, tan modesto que así debiera llamarse definitivamente esta acción de cobrar los haberes y no usar el conocido “salarium” referencia a los saquitos de Cloruro de Sodio con los que se pagó en algunos caso a los soldados en el Imperio Romano y que conste que no eran timados porque la sal valía en ese momento su precio en oro.

Ese gran conglomerado de personas que ahora se han asombrado con el dichoso precio de un auto común y corriente, esos que se han escandalizado porque una lata de esas con ruedas sin ser de lujo puede costar hasta un cuarto de millón de CUC o dólares que para el caso es lo mismo; no entiendo como no se han escandalizado mucho antes cuando mes a mes y de manera impostergable van a buscar la comida para poner en la mesa de sus familias y sobre todo a comprar en una moneda que no es precisamente en la que se le paga, una moneda bien fuerte, cambio de 25 de los que vienen en un sobre con su nombre por solo uno de esos otros.

Ejemplifico: un ingeniero promedio debe ganar 425.00 pesos cubanos mensualmente, cifra equivalente a 17 CUC que aunque es también moneda nacional pero respaldada o equiparada con el dólar estadounidense, algo así como su representante en circulación nacional.

Ese ingeniero puede adquirir a precio de regalo un cuarto de litro de aceite comestible mensualmente con su libreta de abastecimiento o desabastecimiento (también pudiera decirse) y sería muy bueno si pudiera mantenerse todo ese mes con esa cantidad pero como no puede hacerlo porque pone en peligro su lubricación corporal debe comprar al menos un litro de ese vital producto en CUC que le cuesta 2.50 CUC y eso sería de su salario 62.50 lo que representa el 14,7 % del mismo.

Añadiré solo dos producto más para no ahogarnos en números, detergente y papel higiénico de los más baratos; 500 gramos de primero a 0.50 CUC y un rollo del segundo, de la peor calidad en 0.30 CUC, los que sumarian 0.80 CUC equivalentes a 20 pesos del salario del ingeniero y ya estamos consumiendo el 19,41% de aquellos 425 iniciales.

Es verdad también que ese mismo ingeniero si tiene casa no la tiene bajo amenaza de perderla y su carrera no le costó nada y no necesita seguro de salud porque es un servicio gratuito y que su seguridad ciudadana es mucho mejor que en gran parte del mundo y pudiera seguir con que en África tal cosa y en Grecia más cual, en España ni hablar y en Miami el empleo difícil pero estoy hablando de la molestia en el ojo propio, la molestia de cada día.

Volviendo a nuestro ingeniero, el tipo se gasta casi su salario únicamente en comida y no satisface ni siquiera en ese objetivo todas sus necesidades.

No puedo creer que este mismo hombre ahora se me asombre del “desorbitado” precio de tal o más cual automóvil; a mi se dirigen y me interpelan casi con agresividad y ofendidos “¿Has visto eso de los autos?” yo simplemente les respondo “¿Y tu no te enfrentas a eso día a día con todo lo que compras?”; día a día desde mucho antes que se pensara en eso de la venta de autos….pero que autos ni que nada si yo no puedo comprar un pantalón de trabajo; me da lo mismo que esos vehículos estén a precio de planeta sin contaminar o de yacimiento de oro.

Hay un grupo que realmente está muy molesto con toda razón, es un grupo de profesionales, médicos sobre todo que han trabajado en el exterior, en el extranjero para el Estado Cubano y han aportado grandes sumas y por ello se le concedía anteriormente el derecho, el privilegio bien ganado de comprar autos de segunda mano a precios aceptables o asequibles con sus ganancias; sucede que a la hora de la novedad automovilística por acá, muchos todavía tenían sus cartas de permisos en sus manos y por diferentes razones ajenas a ellos no habían podido comprar sus añoradas “naves” y ahora han quedado atrapados en esta prohibición de compra que es en lo que se puede interpretar del hecho a tenor de tales disparados precios.

De todas maneras si quiere darle un vistazo a eso de los autos aquí les dejo un par de direcciones.




(Foto: www.cubadebate.cu)

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