martes, 21 de enero de 2014

Mejor, Malo Conocido




Alguien me mostró una vez que el hombre es un animal de costumbre, bueno, esa fue su frase a la cual yo no le di mucha importancia pero con el paso del tiempo con las cosas que he visto y otras que he ido recordando puedo aceptar la frase que si no es absoluta como nada en esta vida, al menos es una tendencia bien marcada.


Por eso a veces no encontramos explicación como personas pueden repetir errores significativos en su vida, personas que como mariposas nocturnas sienten ese irresistible atracción por la luz de las llamas y terminan quemándose o en el mejor de los casos perdiendo sus alas. 

Uno puede ver el final, es cuestión de tiempo, puede ver con detalles todo el desenlace y siente el deseo de intervenir, pero como muchas veces uno es juez y parte o como se dice en términos legales, “conflicto de intereses”; entonces con dolor nos callamos y con la esperanza sincera de que nuestra querida mariposa no vuele peligrosamente cerca.

Hay otra frase que viene ahora como pieza de rompecabezas y aunque la recuerdo en latín, mi intención es que se entienda; Los lobos mudan el pelo pero no las costumbres.

Uno cambia constantemente en la vida, el cambio es perenne, el cambio está en nosotros y en lo que nos rodea y ni siquiera depende de nosotros pero implacablemente sin dejar de ser los que éramos, cambiamos, de manera que somos siempre los mismos y a la vez diferentes.

Para ser más concreto e ir al asunto en cuestión, les diré que tengo la teoría de que existen más mujeres que defienden el machismo o que lo disfrutan pasivamente que hombres machistas, incluso hay mujeres que les gustan los hombres machistas "doble capa" que ya eso sencillamente es nivel superior, hombres violentos porque estiman (supongo) que esa violencia siempre será hacía el exterior de la pareja, un macho, macho que le ayudará a cuidar su cueva, sus crías y la protegerá a ella misma, un troglodita “domesticado” y “manso” dentro de la casa.

Y ni hablar de la cópula donde pocas veces harán el amor, porque casi siempre será el mejor sexo salvaje del mundo, a esas mujeres le gusta siempre así; de garganta apretada con intento de estrangulación; de tirones de pelo al compás del vaivén; de alguna nalgada, mordidas al rojo; hardcore, no del género musical, del otro; de estamparla como afiche en la pared, de ropa rota y ajada, de botones que saltan por el aire.

No digo que lo anterior descrito no deja de ser de vez en vez un explote animal, sexo de puro instinto, de disfrute mutuo, de complicidad de pareja, de erupción divina de los volcanes del deseo y forma parte de todo un abanico de variedades para una buena mesa, para una buena cena con moderación siempre.

A veces el comportamiento del troglodita es tan inmaduro y primario que es simplemente un peligroso niño grande con muchos complejos y malcriadeces, características aplaudidas, alimentadas y estimuladas por la pareja que le ríe la gracia sin notar la pistola cargada y sin seguro que ella tiene en su propia mano, una mano errática y conflictiva.

Y en los casos que realmente la violencia sea solo en dirección externa de la familia (cosa que dudo mucho); el macho alfa estará predestinado a terminar sus días enjaulado no precisamente en el zoológico o con fallecimiento prematuro sin causas naturales.

De estas mujeres, de estos casos los ejemplos más graves o en estado más crítico no son las que sufrieron las malas consecuencias de su macho y nunca más quisieron probar de la variante Troglo (versión 1.2) ; las peores son las que pudieron “hacer el cuento” y quedaron fascinadas para una segunda o tercera vuelta y a veces hasta con el mismo espécimen o macho alfa, con todos sus defectos, con todos sus riesgos, con todos sus dobles filos y puertas traseras, huevos de pascuas o gallos tapa´os.

Este macho solo tiene un reducido repertorio de conversación, sus conquistas femeninas y sus victorias en campañas en campo enemigo, como si fueran un general romano, un gladiador o miembro de un equipo de fuerzas especiales y puede que esté lastimando la ética de algunos de los mencionados.

Ni siquiera acepto justificaciones de soledad, desesperanza o porque era “él único en el planeta a mi alcance, o porque era un círculo en mi vida sin cerrarse del todo”; pues cuidado no te abran el “círculo” donde se guarda tu cerebro.

Y no es únicamente el tema de la violencia, es también un tipo que no coopera en el hogar, no participa por nada del mundo de tareas doméstica, es un tipo que además de todo lo anterior es consentido por su mujer, por su compañera y hasta se le acepta de alguna manera, como normalidad que tenga “sus aventuras” como si fuera tan macho que tiene necesidades impostergables de hacer donaciones extra de esperma y testosterona con la condición de que guarde “el respeto de la casa y de su señora esposa”, que sea muy discreto con estas relaciones “secundarias”.

Para gusto se ha hecho los colores y para escoger las flores pero si se trata de personas cercanas, sencillamente duele, preocupa y uno cruza los dedos y les desea la mejor suerte del mundo, que sean muy felices y que uno esté muy equivocado y preocupado por nada.

Al menos a mi hija le aconsejaré siempre que tome mucha distancia de tipos como estos, que al menor signo de violencia, tan solo verbal, al menor gesto corporal que entrañe ira, que abandone, que salga a la carrera sin mirar atrás porque el verdadero amor con su fuerza infinita e implacable, debe estar siempre primero que la ira y si ésta le puede ganar alguna vez tan solo por dos segundos al amor, no hay nada que hacer, lo más sensato es abandonar el Titanic antes de que se hunda y te arrastre con él.

Pero bueno, aturdida y feliz mariposita, a ti, a quien dedico estas líneas, tienes edad y cordura para saber el pescado que te estás llevando del mercado, ya conoces sus espinas y sus espuelas; sinceramente espero de todo corazón que las llamas no volatilicen tus delicadas alas y vivas para contarlo.

1 comentario:

  1. Muy conmovedor y llamado a la reflexion este texto de hoy( algo
    mazoquistas verdad? pero de que las hay las hay ) esta impregnado al
    llamado de,,, sino te quieres y te valoras y piensas que no eres
    merecedora del trato de una Reina o princesa, entonces te pones debajo
    del latigo del Mayoral, pero como bien dices la costumbre es mas fuerte
    que el amor,,, haces muy bien en enseñarle a tu pequeña llegado el
    momento, valores de respeto a su persona......

    Sabes que esten donde esten, soy fans a tus escritos, comentarios y
    demas textos, porque llegas, no porque escribes con solo inteligencia
    academica, no, con la inteligencia emocional, esa que cala y taladra el
    alma de las personas, despues de tanto rodar y rodar MOCHILA AL
    HOMBRO..........
    Salud y suerte
    Te desea lo mejor de lo mejor,

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