¿No han escuchado repetidamente en la vida
que lo barato a la larga sale más caro?
¿Habrán visto ustedes algo más barato que los
refrescos instantáneos?
Puede que sí, los mismos refrescos
instantáneos en mini dosis.
Dice el catedrático de la Universidad de Puerto
Rico Joaquín Velázquez que estamos en la era de productos alimenticios
artificiales y sintéticos en los cuales podemos encontrar naranjas sin árboles
de naranja, leche sin vaca, miel de abejas sin abejas, azúcar sin caña de
azúcar y por ahí un motón de otras cosas y envasados en latas de aluminio, el
cual además se ha comprobado que es tóxico para el ser humano.
¿Puede competir un jugo natural con los
brebajes industriales que hoy nos ofertan en cualquier parte del mundo?;
definitivamente pienso que no, aunque debemos reconocer que ya, a estas alturas,
lo “natural ” a consumir no es lo natural de hace un par de siglos, porque sea por
efectos directos o indirectos la naturaleza se ha ido enfermando y contaminando
de mil maneras por la acción del hombre, desde el uso de fertilizantes y hasta los
detergentes que después de un corto camino llega a las aguas del planeta y de
ahí a sus habitantes los que luego consumimos nosotros y de esa mera se cierra
el ciclo del auto envenenamiento.
El simple hecho de alimentarse o alimentar a otros es un reto diario
para muchos en el mundo, por lo que intentar comer y comer sano además, es puro
lujo; sobre todo si la metralla supuestamente alimenticia está en cualquier
parte, y a precios de caballo enfermo, te la regalan casi, se pudiera hasta
pensar que hay un plan macabro de exterminio en masa a largo plazo, (bueno,
teniendo en cuenta otros factores y elementos el plan existe sin duda,
premeditado o no, pero existe).
Entonces encontrar alimentos sanos, frutas,
vegetales, verduras, pescado, carnes magras es impensable y las amas de casa
cubanas, los padres en general pierden el cerebro pensando con qué merienda
mandar a los niños cada día a la escuela, que generalmente consiste en un pan
con alguna crema, pasta o dulce casero y un líquido, un refresco que casi
siempre es instantáneo, artificial, un matajugada, o lo que yo particularmente
llamo “pintatripas”.
Es comprensible porque es lo más fácil, lo
más barato lo que menos tiempo lleva prepararlo y por eso y sin pensarlo mucho,
ponemos en juego la salud a largo plazo de nuestros chiquillos.
Dice El doctor Jorge René
Díaz Fernández, director del Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los
Alimentos del Ministerio de Salud Pública en Cuba, en una declaración en la
página digital de “Juventud Rebelde” que en nuestro país, están reguladas las
dosis de edulcorantes como el ciclamato de sodio y la sacarina sódica mediante la «Norma Cubana Aditivos
Alimentarios. Regulaciones sanitarias (NC-277: 2003)». Los topes máximos en el
uso de ciclamato y sacarina en bebidas no alcohólicas, incluidos los refrescos
instantáneos, son de 250 y 100 miligramos, respectivamente, por litro.
Aun así, alerta de que «con
independencia de que los refrescos contengan edulcorantes sintéticos o no, no
es recomendable que un niño de diez kilogramos de peso (prácticamente un
lactante) consuma refrescos».
De acuerdo con las dosis de
uso reguladas en Cuba, un niño escolar de 30 kilogramos de peso
puede ingerir más de un litro de refresco diariamente sin sobrepasar la Ingesta Diaria Admisible
(IDA) de ciclamato y sacarina, y sin riesgo para la salud, de acuerdo a las
evaluaciones realizadas por el Comité Mixto FAO-OMS de Expertos en Aditivos
Alimentarios (JECFA).
¿Tendré el derecho de la duda?;
¿Si?, Pues entonces dudo, dudo de cualquier producto, nacional o extranjero,
dudo sobre los residuales en el organismo, dudo de los efectos acumulativos,
dudo porque (bastante que ha pasado) lo que ayer era bueno ya hoy no lo es y
dudo por mi ignorancia porque cuando ignoras algo tienes siempre dos opciones,
la primera, el placer de tragarte tranquilamente cualquier cosa sin
preocupación (ojos que no ven corazón que no siente) o (mi caso) que te permite
dudar y no aceptarlo.
No dudo de la profesionalidad
del referido doctor que mucho ha tenido que estudiar y trabajar el pobre para
emitir tal criterio pero como él no está detrás de cada condenada lata o sobre
de refresco en polvo, dudo.
Dentro del fenómeno de productos
pintatripas podemos encontrar también una variedad tremenda de gelatinas
artificiales las cuales y por error de información generacional, los padres de
hoy compran y administran a sus hijos indiscriminadamente porque tienen gravado
casi como reflejo incondicional aquellas frases de los abuelos, “la gelatina es
muy buena, muy sana y alimenta mucho” pero los abuelos para nada se referían a
este producto baratísimo que es el mismo pintatripas de las bebidas
instantáneas con movimientos sexys, temblorosos y de múltiples colores semitransparentes.
Dice en síntesis un artículo
publicado en “rodalenews.com”
… Si eres de los que
acostumbra a tomar un refresco al día, en el aperitivo, con la comida o
sencillamente por sed, deberías conocer algunas de las cosas que se han
demostrado científicamente, de estos ….. colorines líquidos.
La grasa se adosa a tus
órganos. Un estudio danés reciente reveló que beber soda de manera regular
conduce a un aumento espectacular de las grasas peligrosas y difíciles de
detectar. Los investigadores pidieron a los participantes en los experimentos que
bebieran soda o leche, que contiene la misma cantidad de calorías, o cola de
dieta todos los días durante seis meses.
¿Los resultados? La masa grasa total es la misma en todos los casos, pero los que tomaron soda experimentaron un aumento espectacular en las grasas nocivas (ocultas en el hígado) y en el colesterol.
Los edulcorantes artificiales
y colorantes alimentarios se han relacionado con daños en las células del
cerebro y la hiperactividad. Además, la investigación ha demostrado que las
personas que beben refrescos de dieta tienen un mayor riesgo de desarrollar
diabetes.
Contienen además muchas de
esta bebidas lo que se conoce como, retardantes de llama. Algunas de las marcas
de refrescos más populares utilizan aceite vegetal bromado -un tóxico
retardante- para mantener el aroma artificial. Un ingrediente peligroso que
suele aparecer etiquetado como BVO (Brominated
vegetable oil ) en refrescos y bebidas isotónicas, y que puede causar
síntomas de envenenamiento por bromuro, como lesiones en la piel y pérdida de
memoria, así como trastornos nerviosos.
Beber refrescos gaseados te
convierte en una rata de laboratorio. Muchas marcas endulzan sus refrescos con
jarabe de maíz alto en fructosa, un compuesto genéticamente modificado que
desde la década de los 90 forma parte de nuestra cadena alimentaria.
El problema es que no sabemos
cuáles serán sus efectos sobre la salud a largo plazo porque las empresas que
desarrollaron estos cultivos no tenían que probar la seguridad a largo plazo.
La cuestión es que algunos resultados recientes sugieren que los cultivos
genéticamente modificados están vinculados a daños en el tracto digestivo, al
envejecimiento acelerado e incluso son una causa probable de infertilidad….
(hasta aquí el referido artículo).
Ahora apartándonos dos escasos
centímetros del tema principal pero siguiendo con los alimentos he recordado
este asunto que pudiera ser tema de varias páginas.
En los medios de difusión
nacionales reconozco que siempre se ha tratado que los programas de cocina
estén lo más “aterrizados” posible en relación con la realidad cubana y los
ingredientes de las recetas sean siempre aquellos que están al alcance de todos
pero últimamente se ha comenzado a transmitir programas de cocina extranjera con
actores e ingredientes desconocidos o desaparecidos de nuestro mercado o al
menos fuera de nuestras posibilidades adquisitivas.
Como parte de esa
programación, también se han mostrado algunos documentales de dietas y comidas
sanas de países del primer mundo que para no tomarlos como ofensivos o
provocativos los tildaré de “Cocinas del más allá” o “Ciencia Ficción en la Cocina”.
Recientemente en uno de esos
documentales, de factura canadiense o británica, una especialista en dietas con
mucho cariño y amor le explicaba a una común
y corriente obesa mujer de clase media extra baja corta, como debía alimentarse
para lograr una eficiente reducción de peso corporal y la mencionada gruesa
mujer de clase media extra baja corta, le decía riendo a su consejera, “….pero
me volveré loca al abrir la nevera y solo ver salmón rojo y pollo por todo un
mes….”
Con el mayor respeto del
mundo a los que promueven cultura alimentaria a través de estos espacios de
televisión pero les tengo que avisar que no conozco en mi entorno al menos, una
nevera hogareña que contenga al tal salmón rojo ese o raciones de pollo que logren
su estadía refrigerada por más de un par de días a lo sumo.
Quizás sea que este tipo de
programas esté dirigido a un público muy especial al que el fallecido doctor y maestro
Vicente González Castro
definía en su programa “TV en TV” como “Las
Grandes Minorías”.
Retomando y para finalizar este
asunto de los pintatripas le podemos agregar que siempre un mismo tema tiene
muchos ángulos o puntos de vistas porque ojalá un niño desnutrido y famélico,
de esos que andan por los desiertos y los estériles campos africanos pudiera
tomarse al día más de un litro de esos refrescos enlatados cargados de contaminantes
aunque sobrepasara un par de veces el mencionado IDA en su organismo.
Otro aspecto importante que
nunca se puede perder de vista, lo constituye la máxima de los antiguos sabios
“Todo con moderación” porque hasta los venenos más fuertes y mortales en dosis
bien controladas pueden resultar de algún beneficio.
Yo frecuento varios hogares
(ver Analogías Profesionales) y muchas veces lo que me brindan con una
sonrisita de satisfacción como si me trajeran el néctar preferido de los
dioses, es un gran vaso de algún brebaje artificial que desde lejos viene
regando sus falsos aromas, una imagen que a veces se me torna a la vista como
la madrasta de Blanca Nieves al acecho ofreciéndome su manzana rellena pero las
reglas sociales y de buena conducta se impone ante todo y ya en ese caso, entre
la espada y la pared, no me queda otra que tragarme el veneno y agradecer por
el mientras intento una sonrisa y al mismo tiempo, con voz interior, pido
perdón a mi organismo por malos tratos y violencia familiar.
Cuando algunas veces me dan
una minúscula opción de escape, una hendija de luz, pueden estar seguro que con
cortesía extrema me largo veloz por esa curvita de “gracias ya tomé”; “el
médico me los prohibió” o “por favor solo agua”
.
Referencias, fuentes y páginas consultadas
http://www.cubadebate.cu
http://en.wikipedia.org
http://www.ecured.cu
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