Como muchas
personas en este mundo cuyo salario no cubre las necesidades básicas yo también
debo procurarme otros ingresos.
Cada día
después de mi jornada laboral así como los fines de semanas y de acuerdo a lo
que consta en mi tarjeta de
presentación impresas en La Paz,
Bolivia; “Instalo y configuro sistemas operativos en las computadoras a
domicilio, instalo y actualizo programas antivirus y doy mantenimiento de
hardware y software. No reparo ni comercializo hardware porque no puedo
fabricarlo y mucho menos importarlo.”
Una tarea
bastante agotadora la mayoría de las veces y de poca recompensa además;
agotadora sobre todo cuando estoy horas
afanándome frente un equipo viejo en estado bien precario, sudando ingenio y la
gente esperando milagros en horarios bien difíciles para mi estado mental y
físico, porque después de las 5 PM mi organismo necesita un suero de cloro -
sodio o dextrosa intravenoso y 20 minutos en posición horizontal como mínimo de
descanso y relajación, para que mis agotadas
neuronas tengan algo de sinapsis eficiente y no solo sea las funciones básicas
del cuerpo humano, a esa hora, la
verdad, con minúsculo almuerzo y vigilia inevitable, no valgo dos centavos pero
de vez en vez hago salir agua de las piedras y aparto el mar rojo para que los
discos duros pasen y sigan siendo usables y las tarjetas RAM aparenten más
gigas de los que en realidad tienen.
Tengo mis
clientes, no puedo negarlo, con ellos, el aporte en roturas que me garantiza este húmedo clima, la carencia de respaldo
energético en los hogares y las fluctuaciones a veces imperceptibles de la
electricidad, logro hacer unos centavos de lenta suma y de violenta resta; pero
en fin, voy “escapando”.
El 80% de mis
clientes son del sector de la salud, casi todos médicos, son los que más han
viajado en mi entorno y los que han tenido otras posibilidades adquisitivas
fuera y dentro del país; eso no deja de ser una complicación también porque de
los doctores un día u otro voy a necesitar, el servicio de salud en Cuba es
gratuito pero es penoso llegar a una consulta y que te vaya a dar atención el
mismo al que le diste un sablazo (aunque en realidad cobro bien poco), pero no
deja de ser algo incómodo, injusto y creo que hasta deshonesto; entonces me
veo obligado a indagar más sobre el cliente para decidir qué hacer porque la
interrogante de Hamlet en mi se torna “cobrar o no cobrar”, al fina lo que hago
es discriminar por especialidades.
¿Pediatra?, y
yo con dos niños pequeños, por nada del mundo les cobro; toxicólogo, en
efectivo, dinero en mano; estomatólogo, tiene que insistir bastante para que lo
acepte; anatomia patológica, le cobro…., a fin de cuentas; proctólogo, pues corro un gran
riesgo pero le cobro también en venganza anticipada……
Eso si, cuando
no cobras a un médico es como un crédito, un depósito en banco del cual es
mejor no tener que hacer retiro ni uso nunca.
Con tal
clientela mayoritaria en mencionada profesión, he tenido que adentrarme y estudiar
un poco de medicina, sobre todo términos para poder hacer comparaciones y
analogías, buscando un leguaje común que me permita explicar los entuertos de mis servicios.
Me refiero
–por ejemplo- “… los daños que la hipertensión arterial asintomática produce en
los órganos humanos son comparables con
la inestabilidad del voltaje y los daños que esto crea en los componentes
internos de las máquinas, sobre todo cuando no hay sistemas para protegerlos;
Los daños al cerebro por cortes bruscos de oxígeno por problemas cardiorrespiratorios
o simplemente IRA (Insuficiencia Respiratoria Aguda) son bastante parecido a
los daños en discos duros por apagado bruscos de las computadoras por falta de
energía o negligencias de los usuarios.
Las mejores analogías las logro con los programas malignos, los virus y sus parentela, esa es bien fácil; para no cansarlos más, les cuento que he tenido que profundizar hasta en lo que se conoce en medicina como “Medio Interno” que son los disturbios intracelulares, hablo de equilibrio químico celular, ácido – básico y todo lo referente a gases en sangre…..para cuando hablo de condensadores (filtros) que pierden propiedades, se secan, explotan o se ponen en corte circuito.
Las mejores analogías las logro con los programas malignos, los virus y sus parentela, esa es bien fácil; para no cansarlos más, les cuento que he tenido que profundizar hasta en lo que se conoce en medicina como “Medio Interno” que son los disturbios intracelulares, hablo de equilibrio químico celular, ácido – básico y todo lo referente a gases en sangre…..para cuando hablo de condensadores (filtros) que pierden propiedades, se secan, explotan o se ponen en corte circuito.
Otro problema
y de mayor importancia es el siguiente: Ese
personal de la salud que viajó, se alejó de su familia, se perdió muchas veces
etapas de la vida de sus hijos, arriesgó su propia salud, arriesgó (y muchas
veces perdió) su matrimonio; trabajó incansablemente en condiciones generalmente muy difíciles; sufrió todas las
tenciones de vivir en otras sociedades donde la inseguridad ciudadana suele ser
bastante alta o de costumbres peligrosamente diferentes a las nuestras; cargó además
con el estrés que sufren los que viajan en avión las primeras veces y peor que
el avión, las tensiones psicológicas de aduanas, peso de paquetes, documentos,
viajes demorados, incautación de equipaje……larga lista esta, imposible
enumerarlo todo.
Agregar únicamente que el mérito no pertenece solo al que se fue al exterior, del lado de acá varios familiares tuvieron que multiplicarse día y noche incansablemente para suplir en alguna medida la ausencia del que se fue; entonces ese dinero ganado con tanto sacrificio y entrega en el justo momento de gastarlo lleva un peso infinito, una carga emocional contenida desmesurada que se vuelca o se expresa en la esperanza o más que esperanza en la seguridad que cada cosa material adquirida con ese efectivo, será si no eterna por lo menos para el disfrute de muchos descendientes, hasta los tataranietos quizás.
Agregar únicamente que el mérito no pertenece solo al que se fue al exterior, del lado de acá varios familiares tuvieron que multiplicarse día y noche incansablemente para suplir en alguna medida la ausencia del que se fue; entonces ese dinero ganado con tanto sacrificio y entrega en el justo momento de gastarlo lleva un peso infinito, una carga emocional contenida desmesurada que se vuelca o se expresa en la esperanza o más que esperanza en la seguridad que cada cosa material adquirida con ese efectivo, será si no eterna por lo menos para el disfrute de muchos descendientes, hasta los tataranietos quizás.
Se imaginan
que desagradable sorpresa, cuanto dolor al descubrir y tener que aceptar esa
realidad sin cocinar la llamada “cruda realidad”, que todo ese aparataje y
novedosa ferretería doméstica tiene vida útil bastante limitada y que incluso
antes del término puede averiarse sin reclamos, garantías o reparación.
Peor suerte tengo al llegar a una casa donde además de la computadora con serios problemas le antecedieron por ese camino otros equipos, el horno microondas, la televisión de 21 pulgadas con tecnología de leds…etc.; realmente la situación se me torna muy difícil y no sabes como enfocar el tema, tratas de dar consuelo previo pero eso pone a la familia más nerviosa y asustada, casi histérica.
Noten que dije “familia” porque ahí están todos los miembros, los niños, la pareja, a veces los padres de uno de ellos, todos con cara de terror, de espanto, aguantando la respiración sin decir ni una palabra, las miradas todas sobre mi, sientes que tienes en la mano la “llave de los truenos”, (estoy convencido que ningún galeno se ha enfrentado a una situación al menos con espectadores generacionales tan diversos).
Peor suerte tengo al llegar a una casa donde además de la computadora con serios problemas le antecedieron por ese camino otros equipos, el horno microondas, la televisión de 21 pulgadas con tecnología de leds…etc.; realmente la situación se me torna muy difícil y no sabes como enfocar el tema, tratas de dar consuelo previo pero eso pone a la familia más nerviosa y asustada, casi histérica.
Noten que dije “familia” porque ahí están todos los miembros, los niños, la pareja, a veces los padres de uno de ellos, todos con cara de terror, de espanto, aguantando la respiración sin decir ni una palabra, las miradas todas sobre mi, sientes que tienes en la mano la “llave de los truenos”, (estoy convencido que ningún galeno se ha enfrentado a una situación al menos con espectadores generacionales tan diversos).
Por mucho que
lo intente, solo una foto de ese momento sería medianamente capaz de ilustrar
lo que a duras pena trato de describirles.
Pero el
cliente merece honestidad y sinceridad con tacto, con medida, con voz de
narrador radial o de televisión, con la mejor dicción posible….
“Lo siento
pero es grave y de pronóstico muy reservado”
Imágen tomada de:www. norfipc.com
Imágen tomada de:www. norfipc.com
que bueno está este post!
ResponderEliminarhaz posts con letras más grandes y párrafos más cortos, cansa mucho leerlo